Enfoque teórico de la administración y gerencia moderna

El mundo es una organización, no resulta extraño afirmar que las sociedades actuales se mueven en masa, todas dirigidas de una u otra manera por una cúpula de líderes que han entendido la importancia de la expansión mundial, más ahora en la era de la comunicación, donde la interacción es el factor determinante de las relaciones personales y organizacionales. Pero esto no siempre se ha tratado de la misma manera, son diversas las teorías que se han aplicado a las empresas y que a manera de evolución han servido de “ensayo y error” para lograr lo que hoy conocemos como gerencia.  



Teorías como la de Taylor y Ford fueron básicas para iniciar empresa, ambos visionarios son referentes en términos de los principios organizacionales, sin embargo, cada uno en su ámbito y en su fecha de actuación, pues la diferencia en sus teorías es considerable. En el caso de Taylor, “el padre de la administración científica” se resalta la importancia de dejar de lado la improvisación empírico-práctica de los empleados al sustituirla por la ciencia, respetando la planeación y los métodos, mientras que en el caso de Ford, se destaca el dejar de lado la visión teórica para empezar a ejecutar la  práctica, que básicamente perseguía el impacto social y consumista.

En la gerencia moderna, la pirámide en las  funciones de la empresa fue lo fundamental, aquí se respetó la jerarquía, dominado por los altos y medios cargos. Era una empresa controlada, con funciones y objetivos muy marcados que no salían de un lineamiento, con una estructura rígida, producción en masa, recompensas económicas y obreros descalificados. Sin embargo, no todo fue negativo, pues de momento estas teorías funcionaron para cumplir el objetivo de los empleadores.

Taylor, logró con su trabajo Shop Management, publicado en 1903 crear una especie de revolución psicológica que perseguía hacer del trabajador un hombre netamente funcional, por esto uno de sus puntos clave fue determinar científicamente el trabajo estándar. Esto se debe a que durante su época de estudio, el obrero era totalmente responsable de ejecutar sus labores sin control alguno, es decir, ellos simplemente recibían instrucciones de un producto que debía fabricarse, pero al tiempo eran los responsables de coordinar, planear, ejecutar y controlar su propio curso. Un obrero era capaz de decidir cuáles eran las alternativas más viables en una cadena de producción, y esto no estaba del todo mal, pues hasta cierto punto ellos conocían la producción mejor que nadie, pero quizá a nivel gerencial, viéndolo desde lo macro no eran las decisiones más acertadas para el beneficio de toda una empresa.  De hecho, el autor lo describe así:
…Encargados y jefes de taller saben mejor que nadie que sus propios conocimientos y destreza personal están muy por debajo de los conocimientos y destreza combinados de todos los hombres que están bajo su mando. Por consiguiente, incluso los gerentes con más experiencia dejan a cargo de sus obreros el problema de seleccionar la mejor forma y la más económica de realizar el trabajo. (Taylor, 1903).
Ahora, muchos se preguntarán ¿cómo es esto posible? Sencillo, para la época, en Estados Unidos la orden era alcanzar la mayor eficiencia posible y lograr una demanda creciente de productos (generar consumismo).
 Entonces, entre los principios de Taylor estaba fundamentado el de observar los movimientos de los operarios para luego estudiarlos minuciosamente y controlar al máximo sus funciones (básicamente analizar los movimientos inútiles y eliminarlos), esto trajo como consecuencia críticas como la “teoría de la máquina” que no ve al hombre como un ser humano y social sino como un operario, dejando de lado sus necesidades y fatigas.

Otra de las teorías para la época de la gerencia moderna fue la de Chandler, que explicaba los cambios estructurales de las organizaciones pero con énfasis en el área de las estrategias de negocios. El autor determinó que las organizaciones para la empresa pasaban por cuatro etapas: la acumulación de recursos, la racionalización del uso de esos recursos, la continuación del crecimiento y la racionalización del uso de los recursos aplicados en el crecimiento. Esto notablemente genera impacto en las estructuras organizacionales, las cuales fueron modificándose entre sí para mejorar las teorías y técnicas aplicadas.

Este estudio se llamó teoría de la contingencia, que básicamente habla de que no existe nada absoluto en las organizaciones o en la teoría administrativa, y que preparar un plan para atender un evento incierto no implica que necesariamente las empresas se reconozcan como ineficaces, sino que por el contrario tienen un paso adelante en caso de superar una eventualidad que a largo plazo podría generar pérdidas.

En sí, estas teorías se creían las idóneas para alcanzar una organización capaz de cumplir con todos sus objetivos a nivel administrativo y productivo, sin embargo, los asiáticos lo modificaron al punto de generar una revolución que cambió la perspectiva: los modelos emergentes.

Aquí aparecen teorías como la de Clegg, que agregó el término “post” para indicar que es la investigación que viene luego de lo que hasta la fecha era considerado “moderno”. Y con él otros investigadores que empezaron a explicar cuál era el cambio que debían sufrir las organizaciones para convertirse a ese nuevo “posmodernismo”, que trayéndolo más al contexto actual, perseguía una empresa más incluyente, que eliminara los escalones de la pirámide organizacional, donde la calidad tomara más importancia que la cantidad y por sobre todas las cosas, la motivación fuera vinculada con la satisfacción.

Con el tiempo se fueron sumando aspectos como la automatización y la tecnología, por lo que surgió el estudio de las etapas: la empírica, la ortodoxa, y no ortodoxa. Precisamente esta última, con el tiempo ha evolucionado para proponer una generación de empleados que aprenden y se involucran para aportar al proceso gerencial. Ahora las empresas con líderes visionarios, procuran que sus colaboradores sean capaces de detectar y corregir errores, que hace de la experiencia diaria una oportunidad para motivar al aprendizaje, que utiliza la información y tecnología a su favor para responder como se debe a las altas demandas que exige el entorno, entre otras cosas.

Empresas como Apple o Google, ambas enfocadas en el desarrollo tecnológico y las TIC’s respectivamente, son ejemplo de cómo ha cambiado el panorama en cuanto a las teorías de la administración y la gerencia moderna actual. Empresas que ni siquiera cuentan con el tradicional escritorio, y que entre muchas otras cosas ofrecen espacios de recreación durante la jornada laboral, (si es que de verdad se puede denominar “jornada”) y hacen de la interacción entre compañeros una pieza clave para la evolución de la empresa. En este sentido es importante aclarar que dicha flexibilidad no es sinónimo de libertinaje o fracaso, al contrario, ha generado estructuras donde los involucrados son más “felices” y están plenamente motivados en el proceso, pues no sienten que trabajar sino que aportan a la organización, tema que deja mucho para reflexionar.

Referencias:
Apuntes Facultad (2011) Teoría científica y principios de administración de Taylor. Administración Apuntes Facultad. Disponible en: http://www.apuntesfacultad.com/teoria-cientifica-y-principios-de-administracion-de-taylor.html

Portafolio (2008) Las Nuevas tendencias de la gerencia moderna. Finanzas. Disponible en: http://www.portafolio.co/economia/finanzas/nuevas-tendencias-gerencia-moderna-234140


Autor: Haydée Corredor

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