En los actuales escenarios
que involucran las transformaciones, los cambios, y las oportunidades, muestran
a muchas empresas exitosas, que han conquistado sus mercados, satisfaciendo
plenamente a sus consumidores, apoyadas de una gerencia, que se ha actualizado
e identificado con ellos, dando paso a nuevos paradigmas que
la ciencia administrativa ha propiciado en las funciones operativas de las
organizaciones, en su estructura, liderazgo y cultura organizacional.
Al hablar de un nuevo paradigma se puede decir que es el comienzo de un nuevo camino a una nueva forma de hacer las cosas, es decir se requiere tener nuevas formas de afrontar situaciones buscando mejorar la empresa con nuevas estructuras organizacionales y mentalidades gerenciales que rompan con las antiguas formas de hacer las cosas para dar respuesta a los nuevos retos que requieren de soluciones más creativas e innovadoras.
La nueva empresa se vislumbra más dinámica y capaz de
responder con rapidez a las variaciones de las condiciones del mercado, tiene
una estructura diferente, más plana y orientada al trabajo de equipo, que
elimina la jerarquía burocrática, que se funda en el compromiso en vez del control, los procesos
de negocios están encausados a la productividad y a la calidad, la nueva
empresa es abierta e interconectada.
El siglo XXI se presenta como un cambio de época en todas
las dimensiones humanas, esto fue visionado tempranamente por Peter Drucker
como Era de la Información, con un actor principal: el trabajador del
conocimiento en una sociedad de organizaciones. Esta nueva realidad es
facilitada por la interconectividad de la plataforma internet, que permite la
proliferación de datos e información (Big Data), y la circulación de relaciones
y transacciones (internet de las cosas) en tiempo real y a costo tendiente a
cero. A través de la organización, los seres humanos transformamos los datos en
información y luego en conocimiento, para que luego la ciencia tome el
conocimiento y a través de investigación y desarrollo lo transforme en
innovación.
Por: Leida Chacón
Comentarios
Publicar un comentario
¿Tú qué piensas?